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©Roxana Acevedo Madrid/ Beatriz
Perfíl
©Roxana Acevedo Madrid/ Beatriz
MIRAR
Mirar ahora , mi recorrido cotidiano – una laguna y ahí los mangles-, cerca de la escuela por donde sale el sol, es reparar en mis memorias y recuerdos, imágenes de mi presente.
Salí, salimos a realizar mis fotos sobre los mangles.
Rox me acompañaba .
Planee hacer fotos que mostraran las hojas, raíces, paisajes, el tipo de mangle que crece en este lugar….mientras tanto Rox me decía que observara bien, que me acercara al lugar…¿pero qué significaba esto?
Caminamos por el lugar pensado y lo que acontecía esa tarde ahí era la vida: una chiva que acababa de parir su crío.…
De eso se tratan mis primeras fotos, entonces comprendí mejor que se trataba de observar abierta a lo que podía encontrar y sentir.
Ahora ya no eran tan sólo una investigación de campo sobre los manglares en la laguna, sino conocer todo lo que ahí acontece: la vida de las personas pastoreando, sus casas entre las raíces y las cercas del mangle, un paisaje que entre las ramas y las raíces hay tiraderos de basura. Ahí una señora me mira desde su patio por entre la vaya de mangles caídos, otros de pie como si fuéramos cómplices.
Pienso en el abandono de nosotros mismos y todo lo que vive a nuestro alrededor. ¿Cómo expresar lo que estoy sintiendo en una o varias fotografías?
Mientras caminaba seguía pensando. Más adelante una señora se molestó al vernos tomar una fotografía de sus casa, en todo su derecho y en contraste dos señores se acercaron a saludar ignorando esta situación, es un hecho a considerarse pues existen experiencias no gratas respecto a la manera en que se han usado y empleado las imágenes los que han pasado por aquí. Roxana entonces habló en ocasiones sobre las formas y el respeto hacia lo fotografiado. Un buen inicio para entender y saber mirar, estar y hacer una foto.
Estas observaciones me ayudaron también a reencontrarme con la belleza que hemos dejamos de ver, en los paisajes la armonía, una laguna seca que le brotaba la ternura de la tierra, por ahí un abuelo o una abuela pastoreando sus borregos.
Mirar, mirar evoca y al mismo tiempo provocar un acercamiento con nosotros, con la naturaleza, con nuestro espacio. Tal vez podamos pasar sin mirar y perdernos del universo y realidades que están ahí.
Beatriz González Pedro
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